LAS NOCHES LIMEÑAS
- Techy
- 28 abr 2017
- 2 Min. de lectura
Cuando las luces se apagan, otras se prenden de manera automática. Los antiguos pasajes de Lima, se convierten en sitios de buena jarana para todas las personas que llegan de diferentes distritos en busca de diversión.

Fotografía: Teresa Astoquilca
El centro histórico de Lima, uno de los lugares más representativos del turismo. Se transforma en las noches en la vida bohemia de muchos limeños y extranjeros que buscan un rincón de estás calles para bailar, conversar y fantasear como lo hizo en su momento nuestros ancestros.
Las calles de jirón de la Unión
Los vendedores de las tiendas del jirón de la Unión van cerrando de uno a uno su local cuando el reloj marca las 10:00 p.m. Mientras solo quedan los lugares de diversión: el tragamonedas, discotecas y el bar. Algunos ambulantes se reúnen a un costado de un negocio de golosinas a contar de sol a sol su ganancia del día y otros se despiden del policía con una frase acogedora "nos vemos mañana, jefecito"
En la noche las tiendas son personas andantes y tienen el lugar perfecto para acercarse a su cliente, la calle. Aprovechan el horario de la noche, ya que se reduce el personal de la Municipalidad de Lima. Estiran su mantel de un rojo encendido y colocan sus novedosos productos que son ropa, bisutería, discos, zapatos, morrales, zapatillas y pipas.
Uno de los sitios más visitados son los queridos bares qué es la esencia de la noche y ambas se complementan como una sola. Desde sus colores neones tan llamativos que cumplen su función de decoración y la Rockola moderna que te hacen retroceder a la época Dorada.
Marca personal
Cada sitio tiene su marca personal con un género o se detuvo el tiempo como en el querido Cordano cuando entras a sus instalaciones e imaginas a cada presidente que se sentó en esas mesas de granito. También se caracterizan por las bebidas y lo más buscado por las personas a parte de la cerveza es el pisco sour, nuestro cóctel bandera.
La multitud se reduce, pero se quedan las personas que buscan algo más que solo una juerga, una experiencia. Al transcurrir las horas más de la mitad de personas duermen en sus camas y los demás recién llegan a la plaza San Martín, punto de encuentro, a escoger su zona de perdición. La noche limeña no reina el silencio, sino los gritos y risas de amigos, compañeros, esposos, novios, etc. Quizás se conozcan de toda la vida, un día, una hora o un minuto.
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